Hacer lo que tienes que hacer

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Por: Verónica Flórez / @soyalkalina

Es difícil decirlo, pero es peor seguir insistiendo en no saberlo. Así que aquí va: la motivación no va a acompañarte todos los días. Y aun así vas a tener que pararte a hacer el trabajo que tienes que hacer: con o sin motivación. 

Lo cierto, es que la motivación es una mala consejera, es esa amiga que solo está en los momentos felices, pero que te abandona cuando llegan los días difíciles. Porque va a impulsarte, pero nunca va a quedarse. Y en cuánto se vaya, a menos de que tengas otras bases mucho más sólidas, vas a encontrarte nuevamente en el mismo lugar, solo que ahora con un peso extra que cargar: el peso de no comprometerte con tu proceso y tomar las riendas de tu vida. 

Así que voy a preguntarte: ¿Qué estás dispuesta a hacer? ¿Qué resultados quieres ver en tu vida? ¿Qué atajos estás dispuesta a abandonar? ¿Qué caminos estás dispuesta a recorrer?

Porque dependiendo de la calidad de tus respuestas, será la calidad de tus resultados, de tu camino y de tu verdadera transformación. 

No todo es malo, hay un camino hermoso cuándo la motivación falta. Un camino difícil, retador, que te cuestiona, pero que también te impulsa, te transforma, te hace mucho más fuerte no solo física, sino mentalmente. Hace que pongas en perspectiva cada una de tus decisiones y hace que regreses a lo esencial, para decidir desde ese lugar, para recordarte tu poder y tu gran capacidad de crear la vida que sueñas con un paso a la vez.

Se va la motivación y poco a poco vas construyendo la disciplina, y a su vez, esa disciplina va construyendo y fortaleciendo tu autoestima. Ese momento en el que logras vencer el umbral de la pereza, de la procrastinación y te paras a hacer lo que tienes que hacer, es el momento en el que te das cuenta que eres tú quien va al volante en el vehículo de tu vida. Y ya no hay vuelta atrás, porque ya sabes que aunque la motivación fue la que te impulsó, eres tú quien se mantiene y quien lo consigue.

Yo sé que tú sabes que tú puedes, que eres capaz, que nada va a quedarte grande, que eres suficiente, que ninguno de tus sueños está ahí por casualidad, también sé que a veces se te olvida porque estás ocupada buscando esa motivación que todos te dijeron que tenía que existir todo el tiempo.

Pero aquí estoy yo, para recordarte que ya lo tienes todo para pararte a hacer tu trabajo con o sin motivación.

 

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